Poema #16

Miro tu foto en la inmensidad de tus ojos.

Estás en un planeta de códigos y de reverencias.
Estoy en un cascarón de nuez que navega rumbo al sol.

Nadie puede ver que las serpentinas ondean en el río de las lágrimas. 
Nadie puede verlas porque no encendí la luz.
La oportunidad es para quien destella de irrespetuosidades.

Ahora sueñan los adoquines por los raspones del silencio.
Las ventanas empañadas no permiten dibujar más sueños.
Tus ojos hablan para mí sin darme un beso
y, sin embargo, voy a desnudar mis ganas de verte otra vez.

Te puedo asegurar que haría que la montaña venga y nos cubra con su manto.
Me puedo desvestir con solo imaginar el roce de mi cuello.
Nos podemos quedar sin otoño porque no habrá posibilidades de otro aliento.

Los pájaros danzan en la torre de mis anhelos más desesperados,
pero sé muy bien que la pared de tus labios sellados me puede desintegrar.

Aún creo en tus ojos, que pueden regalarme un sí mientras se desarma para mí.

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