Miro tu foto en la
inmensidad de tus ojos.
Estás en un planeta de
códigos y de reverencias.
Estoy en un cascarón de nuez que navega rumbo al sol.
Estoy en un cascarón de nuez que navega rumbo al sol.
Nadie puede ver que las
serpentinas ondean en el río de las lágrimas.
Nadie puede verlas porque no encendí la luz.
La oportunidad es para quien destella de irrespetuosidades.
Nadie puede verlas porque no encendí la luz.
La oportunidad es para quien destella de irrespetuosidades.
Ahora sueñan los
adoquines por los raspones del silencio.
Las ventanas empañadas no permiten dibujar más sueños.
Tus ojos hablan para mí sin darme un beso
y, sin embargo, voy a desnudar mis ganas de verte otra vez.
Las ventanas empañadas no permiten dibujar más sueños.
Tus ojos hablan para mí sin darme un beso
y, sin embargo, voy a desnudar mis ganas de verte otra vez.
Te puedo asegurar que
haría que la montaña venga y nos cubra con su manto.
Me puedo desvestir con solo imaginar el roce de mi cuello.
Nos podemos quedar sin otoño porque no habrá posibilidades de otro aliento.
Me puedo desvestir con solo imaginar el roce de mi cuello.
Nos podemos quedar sin otoño porque no habrá posibilidades de otro aliento.
Los pájaros danzan en la
torre de mis anhelos más desesperados,
pero sé muy bien que la pared de tus labios sellados me puede desintegrar.
pero sé muy bien que la pared de tus labios sellados me puede desintegrar.
Aún creo en tus ojos,
que pueden regalarme un sí mientras se desarma para mí.
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