Poema # 6

La verdad es un lugar simple para amarte.

Todavía no me viste ni sentiste mi mirada.
Todavía no escuchaste las palabras de mi amor.

El invierno ha llegado a las aguas turbulentas,
nada tan sereno como tu distancia,
nada tan salvaje como lo que sueño en vos.

La gente se acuna en las mentiras para tratar de sobrevivir,
hay días que salen a matar por no matarse ellos,
y de tanto andar y hablar nunca dijeron la palabra
porque la verdad es su asignatura de verano.

Es fácil para vos y es fácil para mí cuando está en el corazón.
No es un regalo que la necesidad nos da
ni es un destello que la pasión engaña.

Descubrir el manto de lo real será como mirar
la flor de un jacarandá al lanzarme su perfume.

El mundo puede seguir buscándome que yo ya encontré mi lugar.

Poema #16

Miro tu foto en la inmensidad de tus ojos.

Estás en un planeta de códigos y de reverencias.
Estoy en un cascarón de nuez que navega rumbo al sol.

Nadie puede ver que las serpentinas ondean en el río de las lágrimas. 
Nadie puede verlas porque no encendí la luz.
La oportunidad es para quien destella de irrespetuosidades.

Ahora sueñan los adoquines por los raspones del silencio.
Las ventanas empañadas no permiten dibujar más sueños.
Tus ojos hablan para mí sin darme un beso
y, sin embargo, voy a desnudar mis ganas de verte otra vez.

Te puedo asegurar que haría que la montaña venga y nos cubra con su manto.
Me puedo desvestir con solo imaginar el roce de mi cuello.
Nos podemos quedar sin otoño porque no habrá posibilidades de otro aliento.

Los pájaros danzan en la torre de mis anhelos más desesperados,
pero sé muy bien que la pared de tus labios sellados me puede desintegrar.

Aún creo en tus ojos, que pueden regalarme un sí mientras se desarma para mí.

Poema #5

Hay ojos que me atrapan, tres miradas al corazón.

Una se esconde agazapada en fotos sin paisajes,
una me ríe cómplice sin sueños, otra me convida su sabor.

¿Cómo puede ser que no han respondido a mis encantos?
Tal vez, solo soy un adorno más en sus colecciones.
Tal vez, la roca que hay en mí no tiene el dulce para los paladares exquisitos.

Te veo a vos, caminas hacia el mar en una arena de pasiones.
Te veo a vos, danzas para que tus soles se hagan piel.
Te veo a vos, desnudas el foco del silencio para atrapar las flores.
Miro, espero, siento, se van sus luces, sus sombras, sus aromas.

Despertar otra vez entre sábanas arrugadas del deseo.
Atardecer sin atrapar los instantes, el instante.
Anochecer para intentar salirme en un trago de un jugo de uvas marchitas.

Vuelvo a esconderme para que no existan ojos que quieran hacerme llorar.
Quiero escapar de este rollo de aves que solo flamean para otros vientos.


Hay miradas que se sonrojan y, sin embargo, mis ojos siguen de largo para morir.